jueves, 30 de junio de 2011

la mecànica del cor

- Et fan mal els engranatges quan tusses, oi?
- Sí.
- Doncs bé, aquest sofriment és insignificant si el compares amb el que pot originar l'amor. Arribarà el dia que potser haruàs de pagar un preu molt alt per tot el plaer i l'alegria que l'amor genera. I quan més intentsamen estimis, més intens serà el dolor futur. Coneixeràs l'angoixa de la gelosia, de la incomprensió, la sensació de rebuig i d'injutsícia. Sentiràs el fred fins al moll de l'os, i a la sang se't faran glaçons que et correran sota la pell. La mecànica del teu cor esclatarà. Jo mateixa et vaig instal·lar el rellotge i en conec perfectament els límits del funcionament. Com a màxim, potser resistirà la intensitat del plaer, però no és prou sòlid per patir les penes de l'amor.

la receta mágica

La frustración llega cuando nos sentimos desilusionados, insatisfechos o tristes al no conseguir lo esperado. Pero la frustración en sí misma no es negativa, es una realidad; y nos iría mejor si en lugar de hundirnos, la recondujéramos y aprendiéramos de las experiencias. Para superarla debemos mezclar 3 dosis de realismo, 4 de esperanza, 5 de relatividad, 6 de imaginación y 7 de alegría. Juntemos todo esto y sirvamos la mezcla en copas grandes. Beberemos 2 litros los días fáciles y 4 los difíciles.

y hoy, te guardo a ti


Hoy he aprendido a hacer algo nuevo... He aprendido a separar los momentos que merecen la pena recordar de los que no sirven para nada. También he aprendido a guardar esos bonitos recuerdos en una caja y a tirar esos que sólo nos hacen daño. También sé que tengo un nuevo hobbie, me encanta abrir esa caja y acariciar esos pequeños instantes, quedarme horas y horas mirando esos flashes y después volver a colocarlos con la mayor delicadeza posible. He aprendido que sólo se olvida lo que realmente queremos olvidar, y que las cosas buenas nos marcan y siempre perduran en nuestra memoria. He aprendido a quedarme solamente con esos segundos en los que tocamos la cima con la punta de los dedos, en los que somos la persona más feliz del mundo y en los que crees que has batido el récord con la mayor sonrisa del universo. He aprendido a recordar, a recordar con alegría y no con nostalgia, y a no olvidar nunca lo que un día me hizo sonreír. He aprendido que se puede guardar una caricia, que se puede guardar un beso, y un abrazo, y un olor, y una mirada, y una sonrisa, y una sensación, y una frase, y a una persona. Se puede guardar todo lo que se desee en una cajita y se puede abrir siempre que se quiera. Siempre que eches de menos todo aquello, siempre que te apetezca que ese sentimiento recorra tus venas otra vez, o siempre que creas que ya nada puede ir peor, para que recuerdes que en algún momento de tu vida llegaste a tocar la cima con la punta de los dedos y que si lo hiciste una vez … por qué no otra?
inés