viernes, 18 de noviembre de 2011

carta en una botella

<<Aquí estoy, sentada frente a mi escritorio con un bolígrafo en las manos y miles de sentimientos en mi corazón. Aquí estoy, pensando e intentando escribirte las palabras más bonitas del mundo, aquellas que nunca antes nadie te ha dicho y nadie más te dirá, aquellas que desprendan un amor incondicional por cada una de sus letras… Pero por más que pienso y pienso no encuentro las palabras. Es como si ya no tuviera la capacidad de poner en orden las letras, como si se me resbalaran las ideas, como si ya no fuera capaz de explicar lo que siento, como si todas las conjeturas fueran inapropiadas. Tal vez sea porque cuando te escribo pienso en ti y en todos los momentos que hemos vivido, y eso es lo que me pasa cuando te tengo cerca; que me dejas sin palabras. Eres tan perfecto que tu encanto eclipsa por completo cualquiera de mis palabras, por muy bonitas que sean. Mis frases son insignificantes si van dirigidas hacia ti. Cada una de las letras que escribo pierden su dulzura si son letras que vas a leer tú…Pero aunque soy incapaz de escribirte las frases tan bonitas que me gustaría decirte, en cada trazo que hago con el bolígrafo voy dejando un poco del amor que siento por ti, voy dejando magia, voy dejando amistad, voy dejando esperanza, voy dejando euforia… Y así, al abrir el sobre, tu habitación se ha llenado de algunos de los sentimientos que recorren mi cuerpo cuando estoy a tu lado. En esta hoja dejo parte de mi aroma para que inunde todo tu aire, y así cuando respires, también respires mi esencia… También me respires a mí. En cada espacio que ves en blanco he dejado mi cariño para que ni en esta carta ni en tu vida haya hueco para el vacío y aprendas a ver en la nada la posibilidad del todo. He aprendido a ver los puntos con otros ojos. En vez de significar el final, para mí significan el principio de una nueva frase. Por eso quiero que a partir de ahora veas cada fin como el comienzo de algo nuevo, cada miedo como una esperanza, cada dificultad como una posibilidad de superarse, cada fracaso como una lección aprendida y cada lágrima como una futura sonrisa. Cada insignificante punto sobre cada i significa cada una de las veces que creía haberme vuelto loca por escuchar tu voz a todas horas, por ver tu mirada en cada espejo..., para que te des cuenta de que todo es importante y de que las cosas que parecen las más insignificantes, aquellas que no captan nuestra atención y que pueden parecernos las más simples del mundo muchas veces son la clave y tienen la respuesta de la pregunta más compleja… Pero creo que no hace falta que te escriba una carta, creo que no es necesario que vaya dejando en ella pequeñas partes de mí, porque mi corazón ya es tuyo, mis sueños ya son tuyos, mis metas ya son tuyas y mi destino ya es tuyo. Sí, ya soy tuya, y estas palabras solamente son el documento legal que demuestra que soy posesión tuya para siempre.Recuérdalo… Para siempreTe quiere, Inés>>.
INÉS

domingo, 13 de noviembre de 2011

sabes que eres tú

Tengo la capacidad de echar de menos todo aquello que no pasó.
Puedo extrañar esos abrazos en los que el mundo se paraba solamente para mirarnos y para ver mi sonrisa, la mejor curva de una mujer sin duda.
No es que las cosas tarden en llegar, es que las esperamos demasiado pronto.
Y si hoy te echo de menos y echo de menos todo lo que un día no pasó estoy segura de que es porque algún día tendrá que pasar y de hecho pasará, puedo sentirlo
Que sueño todos los días contigo y que cuando cruzas tus dedos por mi espalda haces girar las agujas del reloj en sentido contrario.
Si algún día tenemos que decirnos adiós es porque en algún momento de nuestra vida nos encontraremos y nos volveremos a conocer, estoy segura.
Sólo hace falta encontrarnos en el lugar adecuado, en el momento adecuado, y créeme que ese pequeño rincón del mundo creado sólo para nosotros dos existe y sé que lo encontraremos.
Y que nunca olvides que estés donde estés, pase lo que pase y nos separe lo que nos separe, aunque tú no puedas verlo, tu recuerdo siempre provocará en mi rostro la curva más bonita
INÉS