domingo, 8 de septiembre de 2013

Fénix

La vida es ese autobús que pierdes, esa habitación sin salida de emergencia, la foto en la que sonríes y que ahora al mirar te hace llorar. Es arreglarte el pelo y que sin previo aviso, empiece a llover, o a veces, es salir sin ganas de ver a nadie y tropezar con gente que ni recordabas conocer. Es llamar a la tienda y que ya no queden tacones de tu talla, o que a esa chica tu vestido le siente mucho mejor.
La vida puede ser hasta un simple chicle de menta cuando la fresa ya no te sabe a nada, o incluso a veces la vida se concentra en una sonrisa que en pleno agosto te hace tiritar.
Se trata de desnudar con los que más quieres tu corazón, y de dejar que a veces tu corazón sea quien desnude al que más quieres.
Es esa pompa de jabón con la que todos hemos jugado a alcanzar de niños, pero que al final sin saber cómo, siempre hacemos desaparecer.
Son las conchas en una caja que nos recuerdan esas vacaciones en el mar, el murmullo del viento cuando los demás solo pueden escuchar ruido, el crujir de las hojas en otoño y las largas y frías noches del invierno sin ti. El olor a café de las mañanas y el dolor de las despedidas, el cruce de miradas entre dos extraños y el "qué bien te sienta ese corte de pelo" cotidiano.
La vida no es soñar con aquello que te hace más feliz.
La vida es hoy, con las lágrimas de cada noche cayendo sobre la almohada, los problemas golpeándote la cabeza y la gente dándote la espalda. La vida son esas cosas simples en las que nadie se fija, una sonrisa sincera, el lunar en el brazo de tu compañero de al lado o la hora a la que ayer se puso el Sol.
La vida es lo que es, y cada día me hace entender que las cosas que nos encogen el corazón y arañan el alma también deben formar parte de ella. Porque a todos nos gusta la magia, pero al fin y al cabo, no hay nada más bello y mágico que arder en llamas y acto seguido ser capaz de renacer con más fuerza aún de tus propias cenizas.
Eso... eso sin duda alguna es la vida.
Inés!